A mí me gusta cambiarle el color a la vida. Creerán ustedes que lo hago por medio de los ojos, pero no es así, ellos ya se encuentran muy ocupados mostrándome los monótonos colores "reales" de la vida.
El verdero pincel de la vida es el oído. pero más que el oído, es la música el pincel mágico. A través de él un día nublado puede convertirse en una marcha multicolor, una caminata tediosa puede ser un viaje fantástico con muchas risas y recuerdos. Esa es otra cualidad de la música, podemos evocar tantas cosas, momentos tristes, felices, todo a través de un simple sonido. El sentirse libre en esta jaula llamda ciudad no tiene precio, que tu corazón pueda latir a mil sólo con una señal acústica es precioso.
Es muy difícil expresar con palabras todo lo que los sonidos pueden producir, y mucho más difícil es saber si lo que siento yo con la música lo sienten lo demás. Después de todo soy daltónico