Ya no hay nada que escribir. Viendo ahora todos estos libros apilados en la biblioteca me doy cuenta que ya todo está escrito, historias de fantasmas, piratas, ninjas, cyborgs, todo está inventado; he creído que es mentira, es inconcebible que ya no se puedan pensar cosas novedosas, pero en un mundo donde han vivido miles de millones de personas sería muy egocéntrico pensar que cuando se me ocurre una idea sea al único que se le ha ocurrido en la historia, sin embargo traté de hacer el experimento. Lo primero que se me vino a la cabeza fue una historia donde los muertos se levantaban e invadían la tierra, sin embargo encontré miles de libros que hablaban de este tema, hasta los habían llamado “zombies”, nunca se me hubiera ocurrido un nombre tan interesante para estos apestosos seres. Traté de cambiar de tema ¿qué tal un mundo en el fondo del océano? Al revisar los libros otra vez aparecían miles de referencias con este tema con una dizque Atlantis como metrópolis en el mar.
Finalmente decidí que no valía la pena revisar si existía ya lo que quería contar, después de todo si sale de mi mente tiene que valer la pena, debe quedar en el mundo, a alguien puede que le interese, ¿ y si a nadie le interesa, entonces qué? Pues que nadie lo lea, ya no me importa; ahora siento la necesidad de sacar estas ideas de mi cabeza, de dejarlas en un papel, son como un roedor que se come mis neuronas (buena historia, ¿eh? ¿Ya estará escrita?) y hasta que no las saque no podré quedar tranquilo. Con lápiz y papel en mano empiezo a escribir todo lo que viene, todo lo que tiene que ser contado, la sonrisa en mi rostro es incontenible, finalmente podré hacerlo, podré escribir sin remordimientos. La mano del anciano se posó sobre la hoja de papel –Eso no lo puedes escribir, hijo- dice el hombre de barba blanca. -¿perdón? Respondo yo con voz entrecortada- . -Como ves, en esta biblioteca se está acabando el espacio-. Es cierto, no me había percatado pero en esta biblioteca que impresiona como infinita pareciese no haber ni un espacio para un libro más. –Ya se ha escrito todo lo que podía ser escrito- prosigue el anciano-y hasta que no haya algo novedoso no puedo dejar que nadie escriba, es por el bien de la biblioteca-. No podía decir nada contra el argumento de aquel viejo, supongo que tengo que esperar, que aquellos roedores que andan entre mi hipotálamo y mi corteza frontal se pongan de acuerdo para sacar algo que valga la pena, pero mientras el tiempo pasa y me doy cuenta de que todo está escrito los bordes de la realidad se empiezan a difuminar… ¿Esta biblioteca en realidad existe? ¿El anciano de dónde vino? ¿Por qué no hay nada más que estantes de libros y libros en este lugar? Pero veo la biblioteca, eso debe indicar que es real, ¿verdad? Yo existo en el mundo, pero todo lo que existe ya está escrito, ¿eso quiere decir que mi vida también lo está? A lo mejor mi vida también es sólo una página en uno de los libros de esta infinita biblioteca.
El lápiz cae sobre la mesa.
me recuerda a un libro de H.P. Lovecraft....
ResponderEliminarlo mas divertido de su blogs son sus pececitos....
Me gusto mucho, aunque no entendí como los ratones que se comen las neuronas son los encargados de que se "produzca" algo creativo...
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